Panamá vive una de las mayores crisis institucionales de su historia y el único responsable de ello es el Gobierno Nacional con su accionar errático y su incapacidad para escuchar al pueblo.
El pueblo se ha manifestado masiva y pacíficamente a lo largo y ancho del país, pero es importante que estas expresiones legítimas no afecten a quienes dependen de un corredor de acceso para poder atender situaciones de salud o de abastecimiento de alimentos para toda la población. Sigamos demostrando nuestro espíritu cívico y resolvamos entre panameños, lo que el gobierno, prácticamente inexistente, no ha querido resolver.
Entendemos el hartazgo de los grupos que ven como, en este y otros temas, sus necesidades se han visto postergadas.
Exigimos a las autoridades nacionales tomar cartas en el asunto e iniciar un diálogo respetuoso y directo con los grupos que se mantienen aún bloqueando vías, a fin de lograr acuerdos sensatos que permitan el pronto restablecimiento del tránsito, tal como requieren y demandan pacientes, estudiantes, trabajadores y productores en cada una de las provincias afectadas.
Reiteramos nuestro llamado a seguir protestando de manera cívica y pacífica, sin enfrentamientos entre panameños, porque todos perseguimos un mismo objetivo.
Asimismo, nos mantenemos atentos y vigilantes, esperando que la Corte Suprema de Justicia falle en Derecho, con la celeridad que sus plazos le permita y que la situación del país demanda, ejerciendo su rol fundamental como garante del Estado de Derecho.